ROMANOS 8-28 SABEMOS, QUE TODAS AS COISAS COOPERAM PARA O BEM DAQUELES QUE SÃO CHAMADOS SEGUNDO O SEU PROPÓSITO"

martes, 28 de abril de 2015

Comida portuguesa

De um litoral tão belo quanto diversificado para o aproveitamento gastronômico, uma geografia reduzida, mas caprichosa em ricas variedades para plantio e cultivo, e uma história milenar capaz de aperfeiçoar à máxima qualidade receitas diversas, seja para uma refeição rápida do dia, ou sofisticados banquetes, a culinária é uma das mais tradicionais e exportadas de toda a Europa.
Além disso, se a cultura portuguesa é rica e variada, muito disso se deve aos alimentos que compõem toda a raiz culinária da região, já que um complementa o outro. É a base para as invenções contemporâneas e as que figuram nos livros de receitas há décadas e mais décadas.
Assim, a culinária regional se desenvolveu a partir de criações próprias da comida portuguesa, formuladas com o que a terra tinha para dar, o mar para oferecer e o cultivo para florescer – com um futuro toque histórico que ajudou a trazer novos sabores à terra. Não à toa, a culinária portuguesa conta com receitas relativamente simples, com uma base fundamentada, quase que exclusivamente, em produtos regionais, e muitas delas à base de peixes em geral.
No entanto, um pouco das ex-colônias lusitanas, na África, Índias e no extremo Oriente, deram novos toques à refinada arte gastronômica. Assim, desembaraçaram no litoral europeu uma série de ingredientes, como ervas e especiarias em geral, pimenta, açafrão, gengibre e coentro. Outros apetrechos alimentícios que chegaram com força foram o café, abacaxi, batata e arroz, entre uma série de outros ingredientes essenciais, hoje em dia, na composição de receitas locais.

Característica das receitas tradicionais portuguesas

Algumas das receitas mais tradicionais levam o uso da piri-piri (uma pimenta picante), baunilha, canela e açafrão. Já a região sul do país se mistura às influências culturais e culinárias de árabes e mouros, com uma antiga tradição de amêndoa e figo doces.
Já o café da manhã lusitano costuma ter à mesa leite, café, pão ou torrada, manteiga e geléia – algo muito similar ao brasileiro. No almoço e jantar, privilegiam-se as receitas mais realiadas do dia a dia. Muitas delas preparadas com o legado europeu, que pode será canela e curry em pó misturados a refeições principais, como o peixe fresco, marisco, carne de porco, entre outras carnes, também.
Para quem procura por comida portuguesa, o cozido à portuguesa (legumes com carnes diferentes, de porco, geralmente, assados) é uma delas, bem como o caldo verde (feito, geralmente, com batata, repolho picado e salsicha).

viernes, 24 de abril de 2015

Hambúrgueres recheados de cogumelo, batata e queijo

Ingredientes
1kg de carne moída magra
2 pacotes de sopa de cebola
1 batata grande descascada e picada
1 xícara de queijo suíço ralado
1 xícara de cogumelos frescos picados
Modo de preparo
Pré-aqueça o grelhador em alta de calor.
Em uma tigela média, misture a batata, queijo e cogumelos.
Em uma tigela grande, misture a carne moída com mistura de sopa de cebola. Faça 6 grandes rissóis de hambúrguer. Faça um buraco em cada hambúrguer e coloque a mistura de batata e feche.Em um frigideira com óleo cozinhe os habúrgueres por cerca de 5 minutos de cada lado.

Tortilhas de cranberries

Ingredientes
170 g de cranberries secas
250 g de cream cheese
1 xícara de ricota esfarelada
1/4 xícara de cebolinha
4 tortilhas grandes
Modo de preparo
Misture todos os ingredientes, exceto as tortilhas.
Passe a mistura nas tortilhas, enrole e cubra com filme plástico e elve a geladeira por pelo menos 1 hora.
Na hora de servir tire o filme plástico e corte em fatias.

jueves, 23 de abril de 2015

Bollos suizos o de leche esponjosos

Receta para hacer Bollos suizos o de leche esponjosos


También conocidos por algunas personas como cristinas, es este un dulce que se elabora principalmente en las pastelerías madrileñas. Su nombre proviene del Café Suizo, un establecimiento de la capital española, ya cerrado, que era conocido por sus exquisitos bollos.

El bollo suizo consiste en una masa tipo brioche para cuya elaboración se suelen emplear ingredientes como leche, huevos, mantequilla y harina de trigo. Una vez que la masa fermenta, se da forma a los bollos y se dejan reposar. Antes de meterlos en el horno, es típico marcarlos con una cuchilla, o unas tijeras, y depositar un poco de azúcar humedecida en el corte.

En Cocina Casera podéis encontrar otras recetas elaboradas con masas dulces, como es el caso de nuestro pan casero de aceite o nuestras monas de Pascua caseras

Ingredientes [Para 4 personas]:


  • Harina de fuerza* - 600 gramos
  • Leche - 280 gramos
  • Huevos - 2 unidades
  • Mantequilla - 90 gramos
  • Azúcar - 90 gramos
  • Sal - 6 gramos
  • Levadura de panadería seca activa** - 4 gramos
  • Huevo - 1 unidad (para pincelar a masa)
Para la cobertura:
  • Azúcar - 40 gramos
  • Agua - 1 cucharada pequeña

*Si queréis conocer el criterio que se usa en cada país para catalogar las harinas, y aprender de este modo cuál es la harina de fuerza, podéis leer nuestro artículo sobre la clasificación de las harinas.

**Si usais levadura fresca prensada, debéis multiplicar por 3 la cantidad de levadura seca que indica la receta. Además, debéis disolverla previamente en un poco de la leche de la receta, y añadirla junto con los ingredientes líquidos.

Elaboración de la Receta


  1. Ponemos la harina en un cuenco grande. Añadimos al cuenco el azúcar y mezclamos.
  2. Añadimos la sal y mezclamos de nuevo. Echamos la levadura y mezclamos una vez más. Es importante que la sal y la levadura se echen y mezclen por separado para que no entren en contacto, ya que la sal inhibe la acción de la levadura.
  3. Añadimos al cuenco la mantequilla. Con la ayuda de una espátula, o directamente con las manos, desmenuzamos la mantequilla mezclándola con  la harina hasta obtener una especie de gachas. Este paso se puede llevar también a cabo en primer lugar, antes de incorporar el azúcar, la sal y la levadura.
  4. En un cuenco pequeño, batimos los dos huevos.
  5. Añadimos, al cuenco de la harina, la leche y los huevos batidos. Con la ayuda de una espátula, o una rasqueta de panadería, mezclamos hasta que la harina absorba todo el líquido. En ese momento, tapamos el cuenco con un plástico y dejamos reposar la masa durante 20 minutos.
  6. Tras el reposo, volcamos la masa sobre la superficie de trabajo ligeramente aceitada y amasamos durante unos segundos o hasta que la masa comience a querer pegarse a nuestras manos. En ese momento, formamos una bola con la masa y la metemos de nuevo en el cuenco, para taparla y someterla a otro reposo de 15 minutos.
  7. A partir de este punto, repetimos varios ciclos de amasados cortos y reposos hasta obtener una masa elástica de superficie brillante. Si queréis conocer los fundamentos de esta técnica, os invitamos a leer nuestro artículo; amasados cortos y reposos.
  8. Una vez que la masa tiene una buena elasticidad, la metemos en el cuenco y la dejamos reposar hasta que doble su volumen.
  9. Una vez que la masa ha doblado su volumen, la volcamos sobre la mesa de trabajo, previamente enharinada, y la dividimos en 9-10 porciones. Podemos hacerlo a ojo o usar una balanza de cocina.
  10. Boleamos cada porción (bolear significa formar una bola). Una vez boleadas, las dejamos reposar sobre la mesa de trabajo, tapadas con un trapo, durante 15 minutos.
  11. Tras el reposo, hacemos rodar las bolas de masa sobre la mesa para que cojan un poco más de tensión (ver vídeo) y las vamos colocando, separadas entre sí, sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Una vez que las tenemos en la bandeja, las tapamos y las dejamos reposar hasta que aumenten un poco de tamaño (unos 45 minutos).
  12. Cuando la fermentación ha terminado, batimos un huevo con una pizca de sal, y pincelamos los bollos.
  13. Precalentamos el horno a 180º C.
  14. Preparamos el acabado, mezclando un poco de agua con el azúcar. Apenas debemos humedecer el azúcar, quedándonos una textura terrosa.
  15. Tras pincelarlos, practicamos un corte en el centro de cada bollo, con la ayuda de unas tijeras y rellenamos el corte con el azúcar humedecido.
  16. Llevamos la bandeja al horno y horneamos durante 20 minutos a 180º C o hasta que la superficie de los bollos adquiera un dorado intenso.
  17. Retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
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